Descripción
Es corriente
distinguir la responsabilidad propiamente moral de otros usos de este mismo
concepto. De ordinario se cree que la responsabilidad moral tiene tres rasgos:
la exigencia de responder con razones, la obligación de resarcir por el daño
causado y la cancelación de dicha responsabilidad una vez efectuada la
reparación. Se supone también que el análisis de las emociones llamadas morales
confirma la bondad de esta noción ortodoxa. Sostengo que esto último no es
cierto, o que no lo es, al menos, a partir de lo que suele entenderse por
indignación (una de las emociones típicamente morales). En realidad, la
indignación no exige la responsabilidad moral ortodoxa, sino otra que elimina
sus rasgos segundo y tercero. La responsabilidad moral es una anomalía de la
moral. Esta forma de responsabilidad es muy semejante a la que ha propuesto
Rafael Sánchez Ferlosio en El alma y la vergüenza (2000). La revisión que
propongo de la noción de responsabilidad quiere servir de ejemplo de una
concepción de la moral como conjunto de «anomalías».
Valdecantos, A. (2001). Emociones responsables. Isegoría, (25), pp. 63-90
CLICK PARA DESCARGAR EL PDF
Comentarios