Descripción
¿Qué
sentido tiene en la actualidad, a diez años de aquellas elecciones y en el
marco de un nuevo recambio presidencial, volver a 1989? ¿qué utilidad tiene hoy
volver a indagar el marcado contraste entre aquel Menem de la campaña electoral
«que no se definía en nada» (y en todo caso, cuando lo hacía era con referencia
a vagas promesas populistas y un tanto mesiánicas: «salariazo», no pago de la
deuda externa, acabar con «el hambre de los niños pobres y la tristeza de los
niños ricos», etc), y el presidente que después terminó siendo un impulsor
decidido y consecuente de la «economía popular de mercado», la severa
transformación del Estado y la apertura sin medias tintas al mercado mundial?
Creo que vale la pena "volver al '89" por dos razones. En primer lugar,
por razones históricas, para mostrar una interpretación de la disonancia entre
el discurso del candidato y el accionar del presidente que hace hincapié no en
las rupturas sino en las continuidades subterráneas, una lectura que pone en el
primer plano la agenda "oculta" de gobierno (aunque no era tan oculta
como veremos después) que se iba gestando en los pliegues de vinculación entre
técnicos y políticos en el más cercano entorno menemista. Pero en segundo
término, y de manera más significativa, porque el '89 marca el punto de máxima
tensión en la Argentina democrática entre discurso político y saber
tecnoeconómico, entre racionalidad electoralista y racionalidad económica,
entre las condiciones para conformar una coalición electoral ganadora y las
condiciones para mantener una coalición que hiciera al país gobernable.
Marcial
Camou, A. (1999). Los consejeros de Menem: Saber técnico y política en los
orígenes del menemismo. Sociohistórica.
Cuadernos del CISH, 4 (5), pp. 1-24.
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