Descripción
El
mismo movimiento que se inicia en la última década del siglo XIX y que reúne al
emergente movimiento radical, al socialismo y a publicistas e intelectuales,
pugnando por la democratización, exige moralidad administrativa. El común
denominador es la sujeción a reglas claras, la eliminación de la arbitrariedad,
los círculos. Se piensan ambos procesos simultáneamente. La burocracia se
considera una fuente de prebendas al servicio del círculo en el poder; un
efecto perverso del fraude electoral; un lugar que paga votos y lealtades.
Siguiendo el mismo argumento, se cree que el sufragio universal, secreto y
obligatorio terminará con los favoritismos, la ineficacia y la ineficiencia.
Concluyendo, la crítica al comportamiento administrativo es indisociable de la crítica
a las prácticas políticas. Más tarde, ya instaurado el voto secreto y
obligatorio e instalados los radicales en el poder, se mostrará la falacia de
tal argumentación. La fiebre antiburocrática continuará y la 'imagen de una
administración subordinada al poder político y puesta a su servicio, excesiva e
inoperante se mantendrá. Es a esta cuestión a la que queremos referirnos.
Persello,
A, (2000). Administración y política en los gobiernos radicales, 1916-1930. Sociohistórica. Cuadernos del CISH, (8),
pp. 1-32.
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