Descripción
La
revolución rusa tuvo una considerable influencia en la sociedad argentina, no
sólo entre las formaciones militantes de la izquierda y el movimiento obrero sino
también en un variado arco de la intelectualidad y la política de nuestro país.
En la particular coyuntura de la primera posguerra su influjo se manifestó
hondamente en la inspiración de nuevos problemas y orientaciones, en la
promoción de diversos y ácidos debates, motivando o acelerando rupturas,
concitando enconos y adhesiones, alterando o poniendo en crisis las
representaciones preexistentes de los cursos posibles o probables de la
transformación de la sociedad y potenciando un clima de ideas apasionado por la
novedad. La revolución que tenía lugar en Rusia fue objeto de atención de
numerosas miradas que, más allá de las diferentes apreciaciones que motivara,
eran coincidentes en un punto: su significación mayor para el nuevo rumbo
histórico que se creía había abierto la primera guerra mundial? Esa influencia
de la revolución rusa se desplegó en, y en cierta medida fue reforzada por, un
contexto político y socioeconómico en el que convergieron diferentes pero
entrelazados procesos que multiplicaron viejas tensiones -y crearon otras
nuevas- en el conjunto social. Señales de agotamiento, para el largo plazo, del
perfil económico exclusivamente agroexportador, la democratización de la
política, la conflictividad social en ascenso y diversas manifestaciones de
malestar cultural inscribieron su marca específica en una coyuntura compleja y
cargada de problemas.
Pittaluga,
R. (2002). De profetas a demonios: Recepciones anarquistas de la Revolución
Rusa (Argentina 1917-1924). Sociohistórica.
Cuadernos del CISH, (11-12), pp. 1-30.
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