Descripción
El
descubrimiento por parte de los traductólogos de que nuestro trabajo tiene
relación con la construcción de identidades nace sobre todo de los estudios
sobre las culturas en contacto (con los correspondientes conflictos). Donde hay
interacción cultural hay traducción, y la traducción crea siempre una instancia
de inteligibilidad para la experiencia ajena. La traducción expresa lo que
pueden tener en común dos culturas que no se conocen, construye un lugar a
partir de lo que es negociable entre las dos experiencias, lugar, por lo tanto,
donde se manifiestan identidades nuevas o se modifican identidades
preexistentes. Siendo así, parece conveniente plantear matizaciones a los
conceptos de cultura de partida y cultura de llegada, que presuponen la
existencia de unas entidades discernibles, de contornos precisos y contenidos relativamente
homogéneos.
Payàs,
G. (2007). Algunas consideraciones sobre el concepto de cultura de llegada. Onomázein, nro. 16, pp. 171-190.
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