Descripción
Cuando
en 1636 Bocángel y Unzueta llamaba a Juan Martínez Montañés "el andaluz Lisipo"
no hacía sino evidenciar, con énfasis barroco, el ya dilatado prestigio del
escultor. En plena madurez y sin rival en Andalucía, Montañés acababa de
modelar un busto del rey Felipe IV, lo que supuso su consagración definitiva en
la corte de Madrid, en tanto que la demanda de imágenes para las colonias americanas
mantenía a su obrador en un ritmo de trabajo incesante.
Wuffarden,
L. & Guibovich, P. (1990). El clérigo Juan López de Vozmediano, comitente
de Martínez Montañés en Lima. Boletín del
Instituto Riva Agüero, Nro. 17, pp. 419-430.
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