Descripción
Ya lo hemos dicho,
Lerminier le enseña al tucumano que para constituir una sociedad civilizada se
requería conquistar una filosofía autóctona. Esta respuesta lerminierana trae
al joven Alberdi nuevos inconvenientes. Recordemos que Lerminier tuvo que
fundamentar primero la capacidad de la cultura francesa, para recién después
poder postular la necesidad de desarrollar un pensamiento propio. En la
tradición española americana no había un pensamiento reivindicable, por lo
tanto, Alberdi debió hacer lo mismo que Lerminier en Francia, demostrar que los
americanos estaban preparados para realizar tareas filosóficas. En este punto,
Lerminier ya no podía ayudarlo, porque nunca habló sobre América del Sur.
Alberdi se sirvió de los ecos de un debate en torno de América que se dió en el
siglo XVIII en Europa y que tenía enorme eficacia hacia la tercer década del
XIX, para fundamentar su fe hacia los americanos. De este modo, el joven tucumano
comienza la primera operación simbólica, colocar al nuevo continente en el espacio
civilizado.
*Párrafo del texto extraído como resumen.
Herrero, A. (2002). Alberdi en Buenos Aires: La respuesta de Lerminier y los nuevos problemas de Alberdi: Americanismo y lengua nacional, requisitos para crear una Filosofía Autóctona (1834-1837). Revista de Filosofía y Teoría Política, (34), pp. 167-174.
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