Descripción
Es usual presentar al
argumento ad hominem como la falacia de atinencia que lleva a error porque no
prueba la tesis o conclusión propuesta mediante la verdad de las premisas sino,
por el contrario, poniendo en juego rasgos del carácter, del comportamiento o
de la ideología del interlocutor, frente al cual se lo quiere hacer valer como
buen argumento. Se añade que persuade en virtud de cierta transferencia psicológica
que va desde el sujeto a la tesis a replicar. Por mi parte, pondré a consideración
versiones del ad hominem acuñadas por dos teóricos y maestros del diálogo, con
el fin de poner en duda la tipificación vulgar de falacia y revisar, provisoria
y tentativamente, si merece ser tenido en cuenta como buen argumento cuando dialogamos.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Chichi, G. (2002). "Las rutas griegas del argumento ad hominem". Revista de Filosofía y
Teoría Política, (34), pp. 111-119.
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