Descripción
El 1 de enero de 2010 la población inmigrante empadronada en
el Estado español ascendía a 5,7 millones de personas. Pese al recrudecimiento
de los controles policiales racistas, del encarcelamiento en los Centros
de Internamiento de Extranjeros y de las expulsiones, la política migratoria
española no ha producido fundamentalmente inmigrantes expulsados sino
inmigrantes amenazados de expulsión. El análisis de la Ley de Extranjería y su
contextualización histórica en la historia de las migraciones en el capitalismo
europeo revela el verdadero sentido de la política migratoria: instalar el
miedo y la inseguridad para la explotación de un trabajo barato y servicial,
imprescindible para el crecimiento de la economía española. La crisis no traerá
consigo el retorno masivo de la población inmigrante, sino la intensificación
de este modelo.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Romero, E. (2010). Un deseo apasionado de trabajo más barato y servicial. Migraciones, fronteras y capitalismo. Oviedo: Cambalache.
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