Descripción
Tras la dictadura cívico-militar, surgieron dos relatos
sobre las causas y azares del tránsito a la democracia representativa. Uno de
ellos sostenía que el colapso interno había desembocado en una transición para
la que ningún actor social estaba preparado, ya que no se trataba de un retorno
sino de algo nuevo. Las luchas intestinas entre las cúpulas, los desmanejos
económicos y la “fuga hacia adelante” eran las razones del azaroso don
obtenido. A partir de allí, había que inventar una tradición democrática basada
de modo sustantivo en los derechos individuales, que salvo la cortísima
historia del Movimiento de Derechos Humanos, no tenía precedentes en la
historia argentina. Y había que hacerlo cabalgando una tortuosa coyuntura crítica,
carente de acuerdos consistentes entre los actores relevantes del sistema
político. El otro relato argumentaba que el factor decisivo de la caída del
régimen había que buscarlo en la oposición social, largamente fermentada, que
desde 1979 había experimentado una paulatina alza en las luchas al calor de los
desmanejos económicos de burgueses y militares y el descontento civil frente a
los crímenes cometidos, y había inducido, finalmente, su crisis orgánica. Lo
que parecía azar velaba los factores cotidianos e invisibles de un consenso
antidictadura que se había expandido desde su existencia molecular hasta
tornarse masivo luego de la derrota en la guerra del Atlántico sur.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Pinedo, J. (2013). Causas y azares. Democracia, política y clases populares. Cuestiones de Sociología, (9), pp. 1-3.
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