Descripción
Lo conocí en la bodega de un barco. Ambos vestíamos trajes a
rayas, teníamos engrillados los pies y las muñecas, y nuestras caras estaban
manchadas de carbón. Tosíamos negro debido al humo de los motores. Cuando lo vi
por primera vez, lo reconocí enseguida. Él era un criminal famoso y su foto
había salido en los diarios. Era tal cual lo retrataban: un pequeño monstruo,
bajo, cabeza chiquita, cejas gruesas, un par de orejas gigantes que le daban
apariencia de duende, y una mirada perdida e idiota, como la de un pez.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Incardona, J. (2015). Melancolía I. Buenos Aires: Ministerio de Cultura de la Nación
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