Descripción
Al estallar la insurrección de 1895, Martínez Campos fue
enviado a Cuba confiando en su capacidad de “pacificador” supuestamente
acreditada en El Zanjón. Pero no se le permitió aplicar la ley Abarzuza de
autonomía de la isla, recién aprobada, ni se le proporcionaron tropas en
cantidad y calidad suficientes. Fracasadas sus tentativas de negociación,
después de la victoria de Peralejo, no pudo impedir la progresión de los
rebeldes hacia Occidente. En diciembre de 1895, la larga batalla de Las Villas
fue el verdadero desastre de España en Cuba.
Navarro, L. (2001). La última campaña del general Martínez Campos: Cuba, 1895. Anuario de Estudios Americanos, 58 (1), pp. 185-208.
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