Descripción
El objetivo de este artículo es mostrar algunos ejemplos de
las peripecias para la instalación de un moderno sistema fabril en paisajes
agrarios mexicanos del altiplano central, desde que Antuñano inauguró su
moderna fábrica “La Constancia Mexicana”, hasta la llegada del nuevo boom
industrialista de 1880. Se pretende demostrar que la preindustria rural y
artesanal coexistió sin problemas con sistemas “protoindustriales” y con la
instalación propiamente de un sistema fabril. No hubo desplazamientos ni etapas
definitivas de transición pero sí una persistente penuria financiera-crediticia
que obligó a muchos “hombres de empresa” a arrendar tierras, aguas y molinos
para construir o adaptar fábricas modernas como negocio marginal y típicamente
arrendatario de otras actividades mercantiles durante el periodo de estudio.
Morales, H. (2005). El carácter marginal y arrendatario del sistema de fábrica en paisajes agrarios mexicanos, 1780-1880. Anuario de Estudios Americanos, 62 (2), pp. 163-185.
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